martes, 17 de noviembre de 2009

PRÓLOGO DE JUAN CACHO O UN CACHO DE JUAN

VISIONADO DE UNA ALUMNA

No cabe pensar con este libro la idea de uno más: páginas llenas de letras, donde no me importa lo que cuenta éste, historia pesada donde no hay nada claro y no te enteras de la mitad, pero bahh…

Aquí no ocurre así. Tras las idas y venidas que ha tenido el libro «de clase a la estantería, de la estantería a la mesa del salón…» fruto del poco hábito lector o el no encontrar el momento para ponerte a leer. Hasta que una tarde de sábado empecé y tanto me adentré que sin parar lo terminé acabando debido al interés que me provino.

Historias donde las haya. Típicas de vecinos, gente de pueblos donde critico por el poco oficio que tengo, la vida de mi profe de clases particulares, mis amigotes del bar, el primero que se levante paga, la chica que te gusta más pequeña que yo. Pero en fin, lo hace tan realmente bien este autor con el lenguaje que emplea tan allegado, que supongo que fue la causa de mi afán por este libro.

Jamás creí que al leer podría pasarlo realmente bien. Solo con decir, el hecho de estar tranquilamente leyendo y de pronto te ríes y te preguntan:
-Qué pasa, estarás tonta, de qué te ríes… y les digo:
-No me pasa nada, sólo que este tío es la caña y cuando le cuento de que va me dicen:
-No me cuentes más, cuando termines me lo pasas.

Para terminar, decir que gracias por esa tarde que pasé y que toda esta impresión ha sido fruto de este divertidísimo libro y por el interés que suscitó en mí, ya que nunca creí que esto me podría ocurrir con una obra.

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